Me apretó la noche
Norberto Ángel de Líbano Elorrieta
Allí en esa esquina, me apretó la noche,
un funyi de sombras, le calzó a mi espera,
y un lengue de luna, cubrió a mi quimera,
penumbras de huida, en su negro broche.
Se hace interminable, la noche y la espera,
faroles que danzan, con luz mortecina,
y yo sigo ausente, bebiendo a esa esquina,
con duendes del alma, jugando en la acera.
Y vuelvo a la noche, a ese mar de estrellas,
me atrapó en sus brazos, sin que lo sintiera,
con su capa oscura, de angustia y tiniebla,
la siento en mi ser, como lo está ella.
Un candil se hamaca, en una barrera,
marcando el peligro de esa vía desierta,
y yo en esa esquina, continúo mi espera,
soñando cambiar, mí esperanza muerta.
La noche mantiene a su boca abierta,
de oscuros silencios y calles desiertas,
engullendo todo, su manto en tinieblas,
yo sigo esperando que aparezca ella.
Que sea en una nube, o en una estrella,
que un rayo de luna, le alumbre la senda,
o en un farol, que en su luz se encienda,
y con el rocío a mi corazón, le quite su pena.
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